Mi cabecita está llena de verdades. Algunas son viva la pepa y otras unas aguafiestas.
Yo las poseeo, aunque ellas se empeñen en hacerme creer que me poseen. y son mías, me gusten o no, ya que difícilmente son idénticas a otras verdades.
¿Te fijaste que a veces las mentiras son más ciertas que las verdades?
Algo así como "Dime tu mentira y te diré tu verdad"
No creo que cada uno ca(r)gue con su 'cruz'. Más bien ca(r)ga con sus verdades.
Nunca sé muy bien qué sentir sobre mis verdades. Algunas me dan mucha seguridad, otras me hacen sentir vergüenza, algunas, muy testarudas, se convierten en dogmas. Y sin que me diera cuenta, están ahí, guiando mis pasos.
Cada día las conozco un poco más.
Cada día me animo a cuestionarlas un poco más.
Admito que no resulta tan difícil, me basta con ver mi experiencia, y darme cuenta que mis 'errores' se deben precisamente por actuar según mis verdades.
Y que, en cambio, mis aciertos como ser humano, se dan justamente cuando tiro unas verdades por la ventana (las que se dejan) e ignoro otras (las más tercas)
Cada día desaprendo una verdad. Y puede que aprenda otra. Pero al menos voy sabiendo que estoy aprendiendo una verdad, la mía, pero que hay otras tantas, las tuyas. Que pueden gustarme más o menos que las mías, pero son tan tuyas como las mías mías, y lo respeto. Las respeto. Te respeto.
Y llevo un par de semanas de un intensivo aprendizaje para desaprender.
Practico otro ejercicio frente al espejo: me repito alguna mentira que me he dicho, abarco desde la más banal a la más profunda. En mis mentiras encuentro mis verdades que se atrapan solas. Zas!
¿Y ahora cómo estoy?
Bueno... recién salida del jardín de infantes! Procurando que las palabras no suenen bien, sino que sean mías. Que mis actos, no sean buenos ni malos, sino que sean míos.
Míos de ser. No de poseer.
Soy un contenedor lleno de amor y verdades de todo tipo para tirar por la ventana!
Por lo que, si te cruzas conmigo, traete un paraguas, porque escupo verdades que no son tuyas... ni mías... ni de nadie...