Pedaleaba al ritmo de La vida es un carnaval... Al mal tiempo buena cara!
Y el mar me acarició con más sopapos que nunca. Un revolcón de energía.
Dentro del mar, apenas pensaba, pero se me vino a la mente un paseo por el verano porteño, cuando me detuve a fotografiar un garage (un parking) y se me planta delante este tipo con una gran sonrisa a pesar del tedio y el calor.

Se las regalo. Agradezco cada paso y cada sonrisa que hoy me traen hasta aquí.
Y sí. Hay mal tiempo. Aunque ultimamente ando sin paraguas, no me importa mojarme. Ya me secaré.
Azúuuucaarrr!