puedo decirme que ya no llevo penas añejas (pesadas)
ni penas o cruces ajenas....
aunque admito que a veces,
me siento tan tan ligerita,
que me tiento, por puro aburrimiento,
de cargar tus lamentos y de hacer tu tragedia mía....
y entiendo que es éste, un aprendizaje que me regalaste.
trabajé tanto pa vaciarme, pero....
(ahh.... tan lindos los 'peros')
...pero de vez en cuando, de obstinada nomás, empiezo a guardar algún dolorcito de acá... otro rencorcito de allá...
y me río de esas trampas sutiles, que aunque uno crea ajenas, son siempre propias.
¡y caigo!
¡cómo no caer!
¡tan sabrosas a veces!
y me río y me río después de desanudar mi garganta y mis tripas...
satisfecha por mi paciencia de marinera e inquieta esperando el próximo enredo.
y grito al río que me importa un pepino
y que sea lo que sea, señores, que la vida son dos días
y debajo de esta piel y estos recuerdos
solo hay magia chispeante
esperando salir a atropellarte... una vez más.
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